Cuando le ganamos a los inventores del fútbol
- Luis Pereira
- 29 dic 2016
- 6 Min. de lectura

Para nadie que sea hincha y ame verdaderamente este deporte, será desconocido que los inventores del fútbol moderno, tal como lo conocemos y practicamos hoy, fueron los ingleses. La unificación de las muchas reglas con las que se jugaba en la época, por parte de alumnos de la Universidad de Cambridge en 1848, en las que por primera vez se dió énfasis en la habilidad con el balón por sobre la fuerza física, propias de otras disciplinas como el rugby y la posterior creación del Sheffield Football Club en 1857, equipo de fútbol más antiguo del mundo, convirtieron a los británicos en los padres y forjadores del futbol.
En América del Sur, los orígenes no fueron distintos, pues marineros británicos fueron quienes introdujeron el fútbol por primera vez a inicios de la década de 1870, principalmente en la zona del Río de la Plata: Argentina y Uruguay y el sur de Brasil. Si bien las influencias provenientes de toda Europa; Alemania, Italia, e incluso Portugal para el caso brasilero, se hicieron parte de esta expansión cultural a través de sus diversas colonias presentes en estos países; es la influencia inglesa, la que generará más repercusiones, en este aspecto. Esto último no solo desde el punto de vista deportivo, sino también producto de un proceso global de transformación de los países sudamericanos, que es expresión de la irrupción, con una forma y contenidos específicos, del modo de producción capitalista, exportados también de la isla, con características y ritmos que influyeron en todos los ámbitos de la vida, incluido el fuúbol.
En Chile el panorama no fue distinto al resto de América y pese a que por esos años el fútbol ya estaba instalado en el inconsciente colectivo, este seguía manteniendo su legado original, traído desde la tierra que lo vio nacer. La existencia de un deporte desconocido, traído por navegantes que llegaban a las costas y que al bajarse lo practicaban en plazas o donde fuera posible, hacían que el fútbol comenzara a ser mirado por los diversos actores sociales, y que a su vez, estuviera ligado a un mundo considerado como “moderno” y “civilizado” lo hacían atractivo como clasificación social.
El fútbol, tal como los otros deportes que se practicaban durante aquellos años, era sinónimo de progreso europeo, a través de su práctica, las oligarquías nacionales lograban establecer un orden social tácito, que los hacía ver como sus pares del viejo mundo, por ello y pese a su popularidad, aún se mantenía como un deporte reservado solo para algunos. En efecto, el fútbol nacional como práctica cultural foránea estaba controlado completamente por inmigrantes y/o descendientes europeos. Los clubes generaban un tipo de sociabilidad cerrada, exclusiva y excluyente, donde solo quienes pertenecían a su clase podían ingresar.

En Concepción la realidad no fue distinta a la del resto del país, para ese entonces había muy pocos clubes, y la mayoría estaba formado casi exclusivamente por inmigrantes o descendientes europeos; el ejemplo más característico de la época fue el Concepción United, cuadro formado exclusivamente por ingleses y alemanes. Desde los inicios, la escuadra de “los ingleses” dio cuenta de cómo se debía jugar este nuevo deporte, siendo uno de los elencos más destacados de la zona. En palabras de los medios escritos de la época el “Concepción United, era un equipo formado, por los verdaderos maestros del fútbol, por largos años se pasearon ufanos por todas las canchas de la región, siendo un equipo de gran categoría, destacándose por pelear todas las copas que disputaba; era un team casi imbatible, dueños de un sitial solo reservado solo para algunos”.
Sin embargo, y tal como se narró en la columna anterior, por esos años “un grupo de modestos hombres de trabajo, obreros sindicalistas, todos chilenos pertenecientes a Ferrocarriles del Estado, muchachos en su mayoría, visionarios y entusiastas, decidieron ir contra la corriente fundando en diciembre de 1897; el International F. C. de Concepción, equipo de profundo carácter internacionalista y libertario, en el que cualquiera podía jugar sin importar nacionalidad o condición social, equipo y esencia que dio origen en Junio de 1903 al “Club Deportivo Ferroviario Almirante Arturo Fernández Vial”.
Desde su origen el Almirante fue eso, irreverencia, descaro, atrevimiento, desfachatez, la práctica del futbol, que hasta entonces era privilegio exclusivo de los jóvenes llegados de otras tierras, se hacía de una vez y para siempre popular.
Sin embargo, la usurpación no fue solo esta; mucho antes que existiera el actual clásico penquista con el “Conce”, el Vial ya tenía entre ceja y ceja a su homónimo inglés, el VIAL fue uno de los primeros equipos que se atrevió a desafiar a tan temible adversario, obteniendo constantemente resultados desfavorables ante el elenco de inmigrantes europeos, dejando en claro tras cada partido la categoría de maestros que por esos años tenían, era lógica simple; un equipo amateur frente a los inventores del futbol, uno de los tantos David contra Goliat, a los cuales el VIAL ha hecho afrenta.

Sin embargo, y haciendo gala de su esencia irreverente, el VIAL no estaba para imposibles, con el espíritu guerrero de siempre y un amor casi enfermizo a los colores obreros, se enfrentó una vez más, a su por entonces verdugo, esta vez no por los puntos o por un simple amistoso; el orgullo y el honor una vez más se peleaban en cancha, esta vez nada más y nada menos que por el trofeo más importante, según Investigadores, que se disputo en suelo nacional durante la primera mitas del siglo XX. En un partido realizado en la cancha situada en el paradero 120 de los tranvías a Talcahuano, al cierre de la temporada de 1914, la Copa Té Ratampuro era por primera vez nuestra, la primera de un tricampeonato inmortal, que nos hizo dueños para siempre de tan afamado galardón, botín de campeón que hasta nuestros días tenemos el honor de tener en nuestros palmares, y que hoy luego de 100 años sigue llenándonos de orgullo.
Sin embargo cabe preguntarse aquí ¿Qué es lo especial del Arturo Fernández Vial en relación al Concepción United y la obtención de este añoso título? ¿Cuáles son las características que hacen de este suceso un momento trascendental para el fútbol criollo en Concepción?
Para Arturo Fernández Vial, enfrentarse al Concepción United, y a otros equipos del Maule, la Araucanía y del Biobío, de similares características era jugar contra los dueños e inventores del futbol. Por lo mismo el resultado de aquella tarde fue muy importante para la historia del club, puesto que después de casi 10 años, por primera vez se vencía a tal férreo adversario. Tras muchas derrotas a mano de los “ingleses”, el VIAL lograba sobreponerse y vencerlos en la cancha, sin embargó, el triunfo querámoslo o no fue también un triunfo de clase.
Hay que destacar aquí que la victoria no tenía únicamente un valor deportivo, sino que también poseía una gran consideración simbólica. Sería un triunfo de gran importancia no solo para los actores de la época, sino para la posteridad del club y lo que sus colores simbolizan, otro guiño que nos hizo INMORTALES. Sumado a eso, tras la victoria, los resultados fueron cada vez mejores para el equipo. Como se mencionó los siguientes dos años fueron solo de abrazos para el VIAL, obteniendo consecutivamente la Copa, convirtiéndose en los primeros que, tal como lo establecía el reglamento, se la adjudicarían de manera definitiva.
De esta forma las vitrinas del club albergan para siempre este trofeo, no solo bello en sí mismo de aproximadamente 50 centímetros de alto, toda de plata y con incrustaciones de piedras preciosas; sino también hermoso por su gesta, pues está permitió a Fernández Vial entrar por la puerta ancha en la historia del futbol Chileno, posicionándose hasta nuestros días como uno de los elencos más importantes de nuestro país; dejando en claro una vez más que el VIAL es más que un partido de domingo, no importando la división en la que estemos seguimos siendo historia, porque la inmortalidad marca nuestro destino, porque somos patrimonio vivo de nuestra ciudad, forjamos identidad, porque somos grande pos nuestra historia, e inmortales por nuestra gente, reconocemos con orgullo a nuestros héroes, todos invitados para hoy este jueves 29 de diciembre a las 18:30 horas a la Estación de Ferrocarriles de calle Prat, a conmemorar y celebrar juntos los 100 años de la obtención de uno de nuestros principales orgullos: la Copa Té Ratanpuro.
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