Todo es mejor sin ellos

Hace algunos años, la concesionaria Fuerza, Garra y Corazón, en aquel momento disfrutando de una extraña tranquilidad producto de las campañas aceptables y las refacciones a los campos deportivos, sacó una revista que repartía en los partidos de local.

El folleto contenía dos o tres entrevistas muy pormenorizadas a los Sabando, los Jaque y los Tallarico del momento, que tenían muchas cosas que decir, a diferencia de ahora. Sumando alguna publicidad, una enumeración de logros de la concesionaria y otros rellenos, era una buena basura.

La recuerdo porque con la comisión de Historia del Club Social lanzamos, hace unos días, la convocatoria para el libro de las cincuenta historias del León. Pedimos anécdotas, recuerdos personales o colectivos, nada muy elaborado, sólo lo que el hincha lila recuerde con cariño. La recuerdo porque, si tuviéramos la plata que derrochó la concesionaria en ese pasquín, haríamos algo mucho mejor, como esta idea.

Pensar en el fútbol chileno como un negocio, como si realmente fuera lucrativo, lleva a los empresarios a malgastar recursos en tonteras como esa, publicidad innecesaria si la plata hubiera ido para contratar un técnico como la gente, no como el impresentable de Germán Corengia o el cándido experimento de Daniel Salvador. Estoy divagando.

Recursos que, más encima, eran de muy dudosa procedencia. La ambición, mala consejera, o la soberbia, pésima amiga, lleva a esos empresarios a aceptar desafíos que no pueden abarcar, a usar dinero que no es de ellos, a arriesgar años y años de tradición en pos de un lucro que no llegará. El editor de este sitio planteaba en su columna de la semana pasada la pésima situación del fútbol regional. La razón es esa: irresponsabilidad, ambición desmedida, soberbia ilimitada de empresarios inescrupulosos que están destruyendo los clubes desde dentro.

Por eso me alegro, aunque venga de cerca la recomendación, cuando después de cada actividad el Club Social publica los gastos e ingresos que reportó la misma. O cuando salen ideas como la de las historias, otra recomendación cercana. Estamos muy bien sin las concesionarias. Cuidémonos de volver a caer en lo mismo. Manden sus historias. Felices fiestas, hinchas del León.