Lozapenco, la leyenda del fútbol amateur
- Matías Otey Garrido
- 4 ene 2017
- 2 Min. de lectura

La historia del desaparecido club de la octava región, Lozapenco, fue similar a una montaña rusa. Ya que en sus inicios, el equipo de Penco, logró gran popularidad en el fútbol amateur de la región, y una millonaria inversión de Feliciano Palma, dueño de la empresa de loza, del mismo nombre, le dio un plus al equipo. Así mismo, el mismo Palma fue el encargado de hundir al club, por una millonaria estafa.
Comenzaba el año 1983, y el primer día del año era especial, la empresa Lozapenco fundaba su club de fútbol. Llevaría el mismo nombre de la empresa, y tenía la mentalidad de ser competitivos a nivel amateur de la región. En esos años, Gente de mar de Penco, era el rival a vencer, y con el cual Lozapenco generaría una especie de “rivalidad”. Un año bastó para que llegara el éxito, y Lozapenco se proclamaba campeón del fútbol amateur de la Asociación de Penco.
Desde ahí, buenas campañas y el éxito era constante. Cuatro años más tarde, luego de salir campeón, Feliciano Palma toma las riendas del club. El dueño de la empresa, también quería controlar la rama futbolística, y revolucionó el fútbol amateur. Conformó un equipo lleno de ex figuras del fútbol profesional, tales como: Mario Soto, José Luis Sánchez, Patricio Benhomme, Jorge Pérez, Rodolfo Dubó, Marcelo Reyes, Luis Marcoleta, Luis “Pelé” Araya, Edgardo Avilés, Danilo Figueroa y Wilson Fre, entre otros. ¿El resultado?, Lozapenco asciende a Segunda División, en 1989, perdiendo solo dos partidos, ambos frente a Unión Santa Cruz. Jugosos premios, regalías y beneficios que incluso jugadores de Primera División no tenían, hacían que este equipo cosechara éxito tras éxito. El Estadio Municipal de Penco, se llenaba partido tras partido, ponderando un promedio de 12 mil personas, por partido, algo bastante raro para la Tercera División.
Todo marchaba bastante bien, hasta que en julio de 1989, Feliciano Palma se vio involucrado en una de las mayores estafas tributarias de las cuales se tenga memoria. Numerosas estafas con el IVA, llevaron al empresario a retirarse del país, dejando el club en nada, con sueldos impagos y numerosas deudas. De ahí en más, comenzó el declive. Primero vendiendo casi toda la plantilla para poder sustentar los gastos del equipo, jugadores jugando prácticamente gratis, y un sinfín de problemas que acabaron por matar al equipo que revolucionó los “80”. En 1991, y con el plantel casi desmantelado, caen a la Tercera División del Fútbol Chileno. Ahí se mantienen dos años más, hasta que resultan últimos de la liguilla de descenso del 93. Ese mismo año, la empresa es vendida a Fanaloza, quien decide que el equipo no participe en la Cuarta División, para abaratar gastos innecesarios, entre ellos el fútbol.
Así fue como Lozapenco desapareció por el inodoro, dejando de existir en menos de diez años de historia, donde logró gran popularidad y se hizo famoso a nivel regional. Otra vez, el dinero mató al fútbol, y un empresario arruinó un equipo de fútbol completo.
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