El reencuentro de los lilas

El último domingo del mes de enero me encontró en casa, descansando, sin más tarea pendiente que “cuidar el rancho”. Día fome, lo reconozco. Ya ni siquiera pienso en que, hace un año, seguramente estaba en el estadio. Por supuesto que al Conce se le extraña mucho, pero en realidad no vale la pena lamentarse. Por más extraño que parezca, hoy me siento más contento que triste, y quizás usted pueda entenderme (e, incluso, sentirse identificado) cuando lea estas palabras.

Como escribí al comienzo de esta columna, ese día domingo parecía pasar rápidamente al olvido, aún cuando la tarde estaba en su apogeo. Salí de la casa en dirección a la panadería de la esquina, pensando en preparar la once, cuando en la fila para comprar el pan se me acerca una persona y me pregunta si lo que estaba usando era la nueva camiseta de Deportes Concepción.

Efectivamente, tenía puesta la “camiseta de la resistencia”, que por lo que pude comprobar, no pasa desapercibida en ningún lugar. Si bien esta situación puede ser tomada como algo banal, para mí fue bastante significativa, porque estoy seguro que hace un año no habría ocurrido. Hasta el primer semestre de 2016, nuestro rol como hinchas era asistir al estadio y nada más. Hoy, en cambio, nos sentimos parte del club todo el tiempo, porque nos reconocemos como legítimos dueños del Conce. Por eso, nos preocupa la venta de camisetas, o si se hará otro bingo, o si el Club Social o la Corporación abrirán la inscripción de nuevos socios.

Esas cosas no son motivo de preocupación para los equipos que están en competencia, y es algo lógico, porque después de tantos años de mercantilización del fútbol, los hinchas se terminaron acostumbrando a reducir su pasión al simple acto de pagar una entrada. Total, mientras se pueda ver al equipo fin de semana por medio en el estadio, no hay problema. Pero, ¿qué pasaría si no pudiera verlo jugar por 3 o 6 meses? ¿Qué pasaría si se cumpliera 1 año desde la última vez que vio a su equipo salir a la cancha? Piénselo bien y sea honesto. Puede que su respuesta le sorprenda.

La desafiliación de Deportes Concepción ha generado muchas opiniones, comentarios, artículos y reportajes, sin contar todas las acciones organizadas por el Club Social, actual ente directivo del club. Hoy, a poco más de nueve meses de aquel fatídico día, siento que el disparo de la ANFP terminó hiriéndonos gravemente, pero no matándonos.

Hoy, siento que estoy más cerca que nunca de mi club, de mi Conce, de ese equipo del cual me enamoré en mi adolescencia. Hoy, siento orgullo de no necesitar la compra de una entrada o del paquete del CDF Premium para sentirme un hincha. Hoy, tengo ganas de construir una nueva institución y sé que no estoy solo en esa labor. Hoy, como ayer, como siempre, soy Deportes Concepción.