La historia es hoy
- Daniel Chávez
- 5 mar 2017
- 2 Min. de lectura

Créanlo o no, han pasado más de 10 meses desde la última vez que un plantel de Deportes Concepción pisó el césped de Collao para disputar un partido oficial. A veces, la eterna espera judicial nos hace pensar que han pasado décadas desde aquel día, pero luego la nostalgia nos transporta fácilmente hacia esa linda tarde sabatina, donde el equipo de Ariel Pereyra nos hizo creer que el ascenso a Primera no era un sueño y que teníamos con qué pelear la Liguilla. Esa tarde pudo haber sido como cualquier otra tarde de fútbol, pero hoy sabemos que no lo fue. Desde esa fecha (y por razones por todos conocidas) quedamos ‘en pausa’, desorientados, con una mezcla de rabia, impotencia y pena. A decir verdad, nunca vimos un horizonte tan oscuro como en aquellos tristes días de abril.
El martes 28 de febrero de 2017 será una fecha que recordaremos por mucho tiempo. Si bien no estará a la altura del 15 de abril de 1966 (aniversario tradicional del club), sin duda pasará a formar parte de las efemérides de la nueva historia de Deportes Concepción. Ese día, los socios de la Corporación de Football Profesional (CFPDC, 1984) aprobaron por amplia mayoría la venta al Club Social (CSDC, 1966) de su participación accionaria en la Sociedad Anónima Deportiva Profesional (DC-SADP), lo cual puede parecer un hecho confuso y hasta irrelevante, pero que tiene un enorme significado para cualquier club que esté inmerso en la turbia y triste realidad actual del fútbol chileno. En palabras simples, la CFPDC hará que el CSDC pase a controlar el 98% de DC-SADP (único entre admitido por ANFP para competir), lo que convertirá a Deportes Concepción en un club controlado por sus hinchas, los cuales de ahora en adelante decidirán directamente sobre el futuro del club, y no serán simples espectadores de los vergonzosos actos de delincuentes disfrazados de empresarios, como venía pasando hasta ahora. Es decir, veremos socios en vez de abonados, hinchas en vez de clientes, respeto en vez de desprecio e indolencia. De ahora en adelante, quien desee invertir en el ‘Conce’ debe considerar estos hechos y saber que encontrará un club empoderado, que no teme enfrentarse ni siquiera a la mismísima ANFP de Salah, esa que prometió limpiar el fútbol chileno y que en realidad sólo ha barrido la suciedad bajo la alfombra. El club es nuestro, y eso no cambiará.
Así como en esa última victoria por 4 goles ante La Serena, hoy es un gran momento para ser hincha del ‘Conce’. Ayer, lo era por la ilusión del ascenso, por ese pueblo lila que llenaba la Galería Sur y concebía el ya clásico cántico “El Conce no se va”, por la mezcla entre alegría y emoción que vivimos esa tarde. Hoy, lo es por el orgullo que significa ser parte de la historia de Deportes Concepción. Ya no nos diferenciaremos entre quienes vieron al ‘Pata Bendita’, al ‘León de Collao’, al ‘Loco’ Villamil o al ‘Pelao’ Montecinos, sino que seremos conocidos por ser la generación que levantó al club de las cenizas y lo impulsó hacia alturas inimaginables. La historia es hoy, y todos tenemos derecho de escribirla.
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